Trekkers Amazing Peruvian

Trekkers Amazing Peru

EL OBJETIVO DEL NUESTRO PROYECTO de ubicar segmentos de caminos y los sitios a lo largo de ellos, proporcionó evidencias sobre los factores que afectan la ubicación de los sitios y las distancias entre ellos. Durante la mayor parte del trabajo de campo, se siguió algunos tramos del camino, cuyo estado de conservación era excelente. En estos tramos es posible realizar mediciones precisas de la distancia entre los tampu y otros sitios, registrando los factores medioambientales y culturales localesque pueden haber influido en la ubicación de un sitio. Estos datos amplían nuestra comprensión sobre el patrón de asentamiento de las estructuras a lo largo del sistema vial Inka, y aclaran lo manifestado en las fuentes históricas tempranas sobre las distancias entre ellos.

LA PERSPECTIVA ESCRITA DE LOS SIGLOS XVI y XVII

La regularidad con la que los caminos del imperio estuvieron asociados a los tampu o al­ bergues nocturnos, impresionó a los primeros europeos que viajaron a lo largo de la región andina. Por consiguiente, no existe fuente temprana alguna en la cual no se haga mención de esta no hay ninguna falta de registros escritos tempranos. Eso tiene algún comentario sobre este hecho. Molina (Santiago) (1943 [1553]:21) señaló que estos sitios se colocaron cada cuatro leguas a lo largo del camino. Cieza de León (1967 [1553):131­224) señaló que estuvieron separados por tres o cuatro leguas. Coba, quien menciona haber caminado 300 leguas a lo largo del cal camino principal de la sierra, menciona que la distancia entre cada tampu varió entre cuatro y seis leguas (1964 [1653):128­131), o el intervalo de un día de viaje. La información sobre una jornada de viaje (un día de trabajo o de caminata), como distancia de separación entre los tampu, está presente en otras fuentes tempranas. El cronista Zarate (1879[1555]:471) fue más explícito al indicar que los alojamientos lnka estuvieron separados por un día de caminata (de jornada a jornada). Agregó que lainteresante observa­ ción de que los tampu no fueron ubicados de forma tan cercana en los desiertos costeños, en los cuales podrían haber estado separados por ocho o diez leguas de distancia, e incluso por

La kallanka no es necesariamente un componente del tampu Inka, y posiblemente está presente sólo en los caminos con un tráfico elevado. Por ejemplo, no se observó kallanka alguna en desierto de Atacama, en el camino al sur de San Pedro, debido a que al no tener una fuente directa de agua, no tuvo un tráfico constante. Las kallanka suelen aparecer comúnmente en rampu y en grandes centros ubicados a lo largo de la ruta Cuzco­ Quito, la cual fue regularmente utilizada por los mitmaq, ejércitos, delegaciones oficiales  .
tipos de tráfico. Las kallanka son más pequeñas en los tampu que en los grandes centros imperiales. En los tampu parecen ser de menos de ocho metros de ancho. En los grandes centros Inka (Cuzco, Raqchi), las kallanca eran estructuras especiales amplias que pueden haber sido utilizadas con mayor frecuencia como escenario de ceremonias antes que como albergues. La kallanka en un tampu no puede ser amplia, pero su longitud era a menudo considerable. La kallanka en Paredones (Cañar) es de aproximadamente 57 metros de largo. La kallanka en Potrero de Payogasta es de 30 metros de largo. No es muy claro qué tipo de estructuras fueron utilizadas como kallanca en las regiones áridas. Un conjunto de estructuras largas y rectangulares se encuentran en Catarpe, Paria (Anocacariri) e Inkawasi en Cañete. Con la excepción de Catarpe, se desconoce si estuvieron techadas. Quizás en regiones secas y cálidas, las kallanka no fueron muy importantes, ya que los grupos de viajeros podrían alojarse en plazas, patios, o cualquier espacio abierto. No se ha determinado con precisión la presencia de kallanka al sur dela Provincia de Salta en Argentina. La no existencia de kallanca en esta región podría indicar la presencia de un tráfico limitado en la región. Por otro lado, la presencia de largas estructuras rectangulares en Tambería del Inka (Greslebin 1940) y Nevados de Aconquija (Paulotti 1958­1959) .
la Argentina, podrían ser kallanka. La presencia de kallanka en un tampu no es universal, incluso al interior de su área de distribución. El bien conservado Hualla tampu, en el camino entre Paria y Cochabamba, no tiene kallanka, a pesar de estar ubicado el tampu en una ruta de alto tráfico. Como la kancha, la kallanka simboliza la función de albergue en un tampu. A diferencia de la kancha, el alojamiento en una kallanka parece haber albergado a un gran número de personas. Tal vez sea importante tener en cuenta que ningún tampu podría alojar a un ejército entero, aun así tuviera varias kallanka como Tunsucancha. Sin duda alguna el ejército Inka utilizó carpas, como lo informan los primeros testigos europeos que observaron el campamento de Atawallpa, cerca de Baños, en Cajamarca.

Muros de dos hiladas de piedra : El uso de muros o bases construidas con dos (y hasta tres) hiladas de piedras, es una carac­terística tan extendida como el uso de las kancha en los tampu. Estosmuros son de 40 a 90 centímetros de espesor. Estosmuros se encuentran en los tampu Inkadesde el Ecuador hasta el oeste de Argentina y Chile, pero raras veces en lacosta. Ellos pueden ser construidos a partir piedras canteadas o parcialmente trabajadas. Ocasionalmente se utilizaron piedras  labradas, por lo general de caras planas, las cuales estaban dispuestas sobre la superficie del muro o en las esquinas del mismo. Kendall (1976:55),citando a González (1971), señala que el tipo de piedra disponible puede ser determinante en labrar o no las piedras, ya que los tipos de fractura varían de acuerdo al tipo de piedra, algunas rocas presentan fracturas en ángulo recto mientras que otras en varias direcciones. Las piedras son generalmente unidas combinando elementos disponibles en la localidad como barro, arena, hierba, excremento, paja o musgo. Algunos muros sin mortero fueron observados. Es difícil precisar si la lluvia removió el mortero de estos muros o si en realidad nunca lo tuvieron. En muchos casos, la mampostería en base a piedras canteadas fue cubierta con un estuco o sustancia elaborada con barro o arcilla. Usualmente esta superficie ha desapare- cido debido a las lluvias y se conserva tan solo en áreas no afectadas por la lluvia como el interior de nichos o ventanas. En algunos centros importantes como Inkallacta en Bolivia, la superficie de los muros fueron pintadas (Kendall 976:59; Menzell 959:130) Esto abre la posibilidad, aun no enteramente comprobada, de que algunos tampu serranos estuvieron pintados como los de la costa. Es necesario tener en cuenta que una gran cantidad de muros de gran altura, probablemente tuvieron algunas estructuras construidas con materiales perecederos tales comocaña, madera, mantas, pasto, adobe, pieles o textiles. A lo largo de la sierra húmeda y lluviosa, la mayoría de estos murosse habrían desintegrado en cuestión de meses o años después de la caída del imperio. Algunos de los relatos históricos tempranos (Xerez 1970 [1533] :51) mencionan estructuras de adobe en la sierra. El adobe todavía se puede ver en algunos muros particularmente gruesos en Inkallacta, Raqchi, Huaytará, Potrero de Payogasta, y los lugares cercanos a Cuzco (Kendall 1976:55-56; Moorehead 1978). Frecuentemente se utilizaron bases de piedra en muros que estuvieron hechos de ma- teriales perecederos como adobe o mezclas de barro, paja y arcilla. Estos cimientos de piedra protegen la parte superior del muro del agua subterránea, de efectos destructivos, y del agua que drena de los techos de paja y que cae sobre los cimientos. Las bases de piedra son lo único que queda de muchos muros, los cuales probablemente fueron construidos con otros materiales (Figura 19 .4). En un tampu, la doble hilada de piedras por lo general forma parte de las bases, las cuales están entre 1 O centímetros y un metro sobre la superficie. A menudo es difícil saber si un muro de piedra se erigió completamente hasta el techo o si tan solo fue un cimiento. Si no se encuentran escombros alrededor de un muro bajo de piedra (de menos de un metro) hay escombros se encontró alrededor de una baja (1 m. menos), es de suponer que la parte superior del muro fue construida con materiales perecederos. Stehberg (1976a:12-13) realiza un cálculo de la altura de un muro de piedra, en base al volumen de piedras caídas. El tampu de Duma para al sur de Cuenca, Ecuador, está com- puesto parcialmente por cimientos de piedra. El sitio de Corralito, al sur de Tastil, en el noroeste Argentina, también parece tener cimientos de piedra. Los informes de Craig Morris (1976:140) indican que muchos de los cimientos circulares de piedra enHuánuco Pampa probablemente tuvieron muros de césped o pasto sobre ellos.

Es muy probable que las bases de piedra no indiquen siempre el lugar exacto de ubi­ cación de los muros construidos con materiales perecederos. Los pueblos modernos de la sierra norte de Perú construyen sus casas de adobe sin ningún cimiento de piedra. Talescasas se desintegran o disuelven en menos de cinco añossi no se protegen de las lluvias con un techo adecuado. Por el momento no tenemos evidencia de que el imperio haya construido edificaciones de este tipo. Nuestra incapacidad de encontrar instalaciones Inka a lo largo del camino entre Cajamarca a la Huamachuco, probablemente se relacione con el uso de mate­riales perecederos sin cimientos de piedra. Solo podemos adivinar la proporción de material perecedero utilizado en la construcción de los muros. Moorehead informa (1978:91) que la piedra fue utilizada indistintamente con adobe en la construcción de edificios de menor categoría en la zona de Cuzco. Las estructuras Inka cerca de Santiago, en Chile, podrían haber sido de madera, sin embargo no se ha excavado ninguna estructura Inka de madera hasta el momento El uso de la doble hilada de piedras canteadas o parcialmente trabajadas, en muros de estructuras rectangulares, suele ser un buen indicador de la filiación Inka de la estructu­ra, en regiones del Tawantinsuyu fuera del territorio que hoy ocupa el Perú. En el Perú  (y posiblemente Bolivia), estetécnica se remonta a tiempos muy antiguos, pero en otras partes de la región andina, parece ser de origen lnka. Strube(1943:280-282) se dio cuenta de esto en el noroeste de Argentina. Los pueblos pre-Inka de Argentina, Chile y Ecuador, construyeron edificios con cimientos o muros de piedra, pero no de forma rígida, utilizan- do la técnica de la doble hilada. No se dispone de información suficiente que permita co- nocer si esta técnica existió en Bolivia antes de la llegada del imperio. La fina tradición del trabajo en piedra Tiwanaku, no necesariamente está relacionada con el uso de la doble hi- lada de piedras. Donde quiera que el Tawantinsuyu se haya expandido, fuera del territorio peruano,su presencia a menudo se refleja en la edificación de asentamientos con estructuras rectangulares, con muros con cimientos de dos hiladas de piedras canteadas o parcialmente trabajadas. Estos sitios, muchos de los cuales eran tampu, reflejan una planificación geométrica rígida, la cual fue característica de gran parte de la arquitectura andina en ese momento. Espacios de almacenamiento No cabe duda de que los tampu fueron utilizados como espacios de almacenamiento, y que el acopio en espacios seguros de ropa, alimentos, y combustible fue fundamental para el mantenimiento y expansión del Tawantinsuyu (Morris1976, 1981). Una descripción particularmente buena de la importancia de estos espacios, es la que realiza Gutiérrez de Santa Clara (1963[¿1599?}:250-251). Nuestra investigación no encontró alguna forma arquitectónica específica, que sea un indicador universal de almacenamiento a lo largo del imperio. Es razonable que las funciones de almacenamiento no estén representadas por una forma arquitectónica exclusiva, debido a que la forma de almacenar y conservar los bienes está en relación directa con el volumen el carácter perecedero y el tiempo durante el cual será almacenado el bien. Adicionalmente, la forma de construir las estructuras puede estar parcialmente influida por la temperatura, humedad, materiales de construcción disponibles y la tradición arquitectónica local. Dado que todos esto factores eran muy variables en todo el imperio, las estructuras de almacenamiento al parecer también lo fueron. Las estructuras de almacenamiento más conocidas y mejor estudiadas son las qollqa de la región central andina (D’Altroyl981: 197-259; Earle et al. 1981:30-35; Morris 1976, 1981). Estos silos de piedra, redondos, rectangulares y cuadrados,normalmente se encuentra en hileras ubicadas en las laderas de las colinas, y fueron utilizados para el almacenamiento de alimentos. Estas estructuras no sólo están asociadas a centros administrativos y asenta- mientos locales, sino también a los tampu, como se ha podido observar en diversos tampu estudiados. La distribución conocida de este tipo de qollqa, las ubica en la mayor parte de sierra peruana. Santa Gertrudis (1956/11[1775):335-335) podría haber visto algunas al norte de Huamachuco. Topic y Lange Topic (1982) las ubican cerca de Cajamarca y Huamachuco (Topic y Lange Topic, comunicación personal, 1982). Estructuras similares de piedra están dispuestas en hileras, al interior de un gran recinto, en Raqchi, al sur del Cuzco. Schreiber (comunicación personal, 1982) las ha identificado en varios sitios cerca de Cabana . estructuras de adobe o césped que alguna vez estuvieron sobre las bases de piedra, son ahora pequeños montículos ubicados alrededor de los cimientos. Dougherty (1972) resume una gran cantidad de datos sobre estos sitios, entre ellos algunas curiosas teorías que intentan explicarlos. Las estructuras circulares, a veces semi subterráneas, que podrían haber sido utilizadas para almacenar bienes, se encuentran en la costa sur del Perú, en los sitios de Quebrada de la Vaca (Andes 1960:252, 253) y Tambo Colorado. Cientos de hoyos, con piedras alinea­ das en la boca, han sido encontrados en una colina baja enla parte norte del valle de Pisco (Shippee 1933:93; Wallace1971:105­106). Aunque su función no ha sido determinada, probablemente hayan sido utilizados como lugares de almacenamiento. Se encuentran entre dos sitios importantes (Tambo Colorado y Lima La Vieja), y muy cerca del punto en el cual el camino costeño cruza al camino que se dirige a la sierra. Podría tratarse de una de las áreas de almacenamiento más grandes del imperio. Si los ejemplos que acabamos de describir, en Bolivia, Argentina y Perú, demuestran ser instalaciones lnka de almacenamiento, probaríamos que las estructuras de forma circular, tuvieron una relación especial con que indicarían que las estructuras con una circularforma tenía una relación especial con el acopio de bienes en gran parte del imperio, demostrándose que la planta circular no fue ajena a la arquitectura lnka.
La forma circular puede caracterizar a varios tipos de estructuras de almacenamiento. Sin embargo, es evidente que las estructuras rectangulares o cuadradastambién fueron uti­ lizadas con el mismo fin. Varias de las fuentes históricas tempranas precisan la existencia de habitaciones llenas de ropa, sandalias, y alimentos, en los centros lnka de Huancabamba, Cajamarca, Jauja y Cuzco. Es muy probable que las habitaciones rectangulares simples, hayan sido utilizadas como espacios de acopio en algunos tampu. Dado que estructuras similares o idénticas podrían haber sido utilizadas como habitaciones, es difícil precisar mediante excavaciones, cuáles fueron las habitaciones utilizadas como almacenes. Una hipótesis podría indicar que los recintos que no estuvieron al interior de las kancha (zonas habitacionales plenamente identificadas), son propensos a haber funcionado como unidades de almacenamiento.
Los resultados preliminares de lngapirca indican que el almacenamiento se llevó a cabo en una hilera de estructuras casi rectangulares, en donde se encontraron fragmentos de jarras Inka (aryballoi) (Antonio Fresco, comunicación personal, 1981). La información de Inga­ pirca es la primera evidencia sustancial de almacenamiento en la parte norte del imperio. Nuestro proyecto descubrió un conglomerado de 38 habitaciones, dispuestas en cuatro hileras separadas por corredores en el tampu Paredones, en el Nudo de Azuay, en Ecuador. Estas habitaciones no tienen vanos y son buenos candidatos para ser consideradas como estructuras de almacenamiento. Un caso similar pero más pequeño, aparece en Tambo Blanco (provincia de Loja, Ecuador) identificado por Uhle (1923). Es posible que los re­ cintos adjuntos, dispuestos en hileras, sean exponentes de la arquitectura típica que carac­ teriza a las estructuras de almacenamiento en este parte del imperio. Dos estructuras gran­ des ­de 12 y 14 habitaciones cuadradas respectivamente se encuentran en la hilera 10,  de las estructuras de almacenamiento de Huánuco Pampa (Morris 1967:81, 190, 1981: Figura 4). Las estructuras individuales formadas por una hilera de habitaciones casi cuadra­ das o rectangulares, también se encuentran asociadas con el camino y sitios Inka en el no­ roeste de Argentina. El sitio de Corral Blanco, prospectado por nuestro proyecto en la Provincia de Salta, está compuesto por dos hileras de ocho y diez habitaciones rectangulares, definidas cimientos de piedra de dos hiladas. El sitio de Cortaderas tiene una hilera de ocho celdas rectangulares, construidas en el lado occidental dedel sitio. Sempé (1973:34­37) informa de la existencia de una gran estructura, probablementelnka, de 11 habitaciones en una sola hilera, en la Provincia de Catamarca, Argentina. Estos tipos de construcciones son únicas, dado que la arquitectura de la sierra se caracteriza por recintos aislados o indepen­ dientes, antes que por los recintos adjuntos.
Los resultados de las investigaciones en Huánuco Pampa, Perú, sugieren in Perú su­ gieren queestructuras de almacenamiento podrían ser identificadas por el umbral alto en los vanos (Morris 1971:138). Esta observación está relacionada con la idea de que el acceso inmediato a los espacios de almacenamiento tuvo que ser restringido de algún modo. Otra variación de esta disposición, pueden ser las decenas de contenedores que se encuentran, dispuestos en hileras, en la plaza principal en el sitio Inkawasi, en el valle medio de Cañete. Estas estructuras no muestran ninguna evidencia de presencia humana, y ninguna de ellas presenta vanos. Es altamente probable que hayan sido utilizadascon fines de almacenamiento. Para ingresar a ellas es necesario cruzar por encima de un umbral de un metro de alto. No se conocen las razones por las cuales las estructuras de almacenamiento tuvieron umbrales tan altos. Tal vez tuvieron la función de impedir que los bienes se derramen o que animales destructivos pudieran ingresar. Es probable que algunos recintos completamente libres de vanos, sean también indi­cadores de unidades de almacenamiento Inka. Es posible ingresar a estas habitaciones con escalerasde un paso, las cuales descienden desde la parte superior del recinto. Krapovickas (1968a,1981­1982), ha encontrado 15 estructuras sin vanos en el sitio de Yacorita, en la .Quebrada de Humahuaca, en Argentina, y considera que son almacenes Inka. Las habita­ciones cuadradas o rectangulares, sin vanos, se encuentranen varios sitios Inka de la costa al sur de Lima. Los arqueólogos generalmente asumen que se trata de unidades de almace­namiento, pero esto nunca ha sidodemostrado con evidencia histórica o arqueológica. El ejemplo más espectacular de recintos, en un contexto claramente Inka, se encuentra en el sitio de Inkawasi, en el Perú, en donde cientos de estos han sido encontrados. Este sitio, que también pudo haber sido un tampu, tiene más de 200 habitaciones, dispuestas en hileras que forman un conjunto arquitectónico, alrededor de patios rectangulares. Por supuesto, no hay que suponer que todas las habitaciones sin vanos estuvieron destinadas al acopio de bienes, por lo que son necesarias mayores investigaciones a fin de esclarece reste tema. Los corralespodrían considerarsecomo una forma de estructurasde almacenamientoInka, ya que las llamas fueron «almacenadas». Probablemente se encuentran asociados con los tampu, desde el extremo norte del imperio hasta el límite meridional del mismo. Los arqueó­ logos argentinos han identificado corrales (Aparicio 1940; Schobinger 1964, l 966a, b, d),  en estructuras rectangulares o casi rectangulares, separadas de las kancha, en los tampu (Figura 19. 7). Estas estructuras son demasiado grandes como para ser techadas. No mues- tran signos de ocupación humana y por lo general tienen muros de piedra canteada, que al menos alcanzaron  una altura de un metro. Nuestro proyecto observó corrales en los sitios de Ranchillos y Tambillos, en el centro oeste Argentina; en el tampu Meteorito en el desierto de Atacama, Chile; en el sitio de Corralito en Salta, Argentina; y en Paredones y Cuchishian, en Cañar, Ecuador. Muchos tampu no presentan corrales de fácil identificación. Es posible que los corrales no sean parte de los tampu ubicados cerca, pero no al interior, de las zonas de pas- toreo. Tales tampu, podrían tener sus corrales en las zonas de pastoreo cercanas. En los tampu sin corrales de fácil identificación, posiblemente los camélidos fueron protegidos durante la noche por un pastor, o fueron ubicados al interior de una kancha. Aparentemente los corrales nunca fueron elegantemente construidos. Es posible que en algunos lugares nunca hayan sido mapeados, ya que no encajan en la concepción arqueológica de una estructura prehistórica. Hay que tener en cuenta que tantos o más camélidos que personas, pasaron la noche en los tampu. Sin embargo, la identificación de estas estructuras en los tampu no ha sido adecuada y requiere mayor investigación. La limitada evidencia disponible sugiere que los corrales eran casi rectangulares o enteramente rectangulares, separadas a menudo de las estructuras en donde se alojaban las personas. Es necesario desarrollar y utilizar pruebas arqueológicas que permitan identificar la presencia de camélidos en estas estructuras. Mucho queda por aprender acerca de los tampu y almacenes en todo el imperio. No se ha identificado con precisión la presencia de almacenes lnka en la toda la región alrededor del lago Titicaca. La naturaleza de los almacenes Inka no es particularmente clara en Hatun- colla, capital Qolla y son repositorio de los bienes procedentes de la costa (Julien 1978:84, 1979:201-202). No encontramos evidencia alguna de almacenes en nuestro estudio sobre los sitios Inka del lado suroeste del Lago Titicaca (Hyslop 1979). Casi nada se conoce sobre los   almacenes de la costa norte del Perú durante la época lnka. No hay una solo ensayo escrito sobre los almacenes en o cerca de Cuzco. Morris(l967:156-170,1981:364-369) entrega algunas observaciones pertinentes, y señala que probablemente poco o nada queda de los grandes almacenes de la capital imperial. Un último tipo de sistema de almacenaje en los tampu, del cual probablemente muy poco se conoce, es la custodia de materiales que no requirieron de estructuras específicas, o que eran tan pequeños que no se necesitó la construcción de estructuras especiales. La naturaleza del almacenamiento de piedras preciosas, conchas, metales, y minerales en estad nativo, sólo pueden adivinarse. Un ejemplo es la única instalación de almacenamiento de mármol conocida, descubierta por Krapovickas (1958-1959) enTilcara En las páginas anteriores hemos revisado el cuerpo de evidencia que demuestra que los almacenes fueron comunes en los tampu. Mientras quealgunos de los tampu más pequeños tampu no habrían tenido instalaciones de almacenamiento parecería ser que una variedad de estructuras podrían haber sido utilizadas como almacenes en los tampu. Estas estructuras varían desde los clásicos silos (qollqa) de la región andina central, hasta los grandes corrales rectangulares para camélidos, que se observan con mayor claridad en la región andina del 2 sur. Las hileras de recintos adjuntos, parece ser una unidad arquitectónica de almacenaje, común en el imperio, desde el Ecuador hasta la Argentina. Existen numerosos factores que originaron una gran diversidad en la construcción de almacenes: el volumen y el carácter perecedero del bien almacenado. Otros factores incluyen a las condiciones climáticas locales ( y las diferencias regionales de técnicas constructivas.

LOS TAMPU Y LA CERÁMICA : Los tampu Inka casi siempre producen cerámica Inka de superficie. El término que hemos utilizado de influenciaInka, se relaciona a cualquier cerámica con al menos un elemento de diseño o forma típica Inka, de la región del Cuzco. En los tampu, los rasgos cerámicos Inka se combinan a menudo con diseños y formas locales (no lnka) .La cerámica con algunos componentes Inka, puede consistir en solamente un pequeño componente en cualquier colección de superficie o de excavación. Esta alfarería se produce localmente. El Cuzco raramente exportó su cerámica. Del mismo modo, no se ha estudiado tampu alguno en el cual no se haya encontrado ningún fragmento de cerámica local (no Inka). De hecho, la cerámica localpuede ser predominante en las colecciones de la mayoría de los tampu. La cerámica de los tampu también puede incluir algunos fragmentos de cerámica no local, no Inka, procedente de sitios relativamente cercanos (a menos de 500 kilómetros). Estos frag- mentos exóticos son aparentemente reducidos en número. Si un tampu estuvo en uso antes y/o después del imperio, tendrá sin duda alguno fragmentos locales y exóticos, asociados a la época en la cual fue utilizada la estructura. Estos podrían conformar gran parte de la colección cerámica recogida en un tampu. La alfarería de influencia Inka, aparentemente es predominante en algunos tampu ubicados a lo largo de los caminos principales del Chincha . Suyu y Qolla Suyu, a 1000 kilómetros del Cuzco. Los tampu a lo largo de la costa y en las rutas laterales, presentan un predomino de cerámica local y un número muy reducido de cerámica de influencia Inka. Si deseamos comprender de mejor manera a los tampu, la cerámica debe de ser inves- tigada de modo sofisticado, lo cual no ha sido una característica de las investigaciones en las últimas décadas. La fuerte dependencia en el dato arquitectónico, a fin de identificar la presencia Inka así como algunas actividades específicas llevadas a cabo en los tampu debe ser moderada, con el estudio de la cronología y patrones de uso de los artefactos. En la sierra, en donde la preservación de los restos es pobre, la cerámica esgeneralmente el indicador más útil. Los estudios cronológicos que distinguen la cerámica puramente local de la época Inka, de la cerámica pre y post-Inka (Menzel 1976), ayudarán a definir las áreas Inka construi- das en sitios cronológicamentecomplejos. El grado en el cual las formas y diseños lnkas se fusionan con la cerámica local Qulien1978), y se distribuyen dentro y fuera de los tampu, brindará información sobre la estructura social y política en el imperio lnka (Menzel 1959). La definición de áreas de actividad a partir de colecciones excavadas, podría servir de modelo para investigaciones futuras en los tampu (Morris 1966,1967, 1971, 1981), identi- ficando zonas de albergue y de almacén, así como sus diversas variaciones. Por ejemplo, los artefactos de cerámica pueden proporcionar evidencias que permitan distinguir los diferentes tipos de habitación (de altos funcionarios, residentes permanentes, transitorios, mitmaq, militares, mitayoq, etc.). Además, los artefactos de cerámica a veces pueden ser la mejor (o la única) evidencia de contacto con otras áreas, así como de la ocurrencia de actividades distintas a las de acopio y albergue.
Resumen :El Imperio Inka probablemente mantuvo por lo menos 1000 tampu a lo largo de la red vial Inka (el número podría ser mayor. Estos espacios albergaron viajeros y pertrechos, de modos muy diversos. Esta es la razón por la cual los tampu no son idénticos, y pueden a menudo combinar otras actividades o funciones. Los tampu no necesitan ser construidos siguiendo patrones Inka, pero cuando esto sucede, la kancha y la mampostería fina, son los rasgos lnka más extendidos. Los fragmentos de cerámica de influencia Inka, siempre son encontrados en los tampu, pero su proporción en relación a la cerámica local (no Inka), varía dramáticamente. La evidencia arquitectónica y material (artefactos), confirma el rol históricamente asig- nado de albergue y almacén. La evidencia arqueológica indica existieron diferentes tipos de instalaciones destinadas al albergue y acopio, y queéstas variaron de acuerdo a los contextos culturales, políticos y climáticos. La administración local también fue una de las actividades que se llevaron a cabo en tampu. Debido a que los grandes centros administrativos Inka no se encuentran en muchas partes del imperio, gran parte del mismo fue gobernado desde los tampu o desde sitios que

La distanciaentre los Tampu y los factores que influyeron en su ubicación

EL OBJETIVO DEL NUESTRO PROYECTO de ubicar segmentos de caminos y los sitios a lo largo de ellos, proporcionó evidencias sobre los factores que afectan la ubicación de los sitios y las distancias entre ellos. Durante la mayor parte del trabajo de campo, se siguió algunos tramos del camino, cuyo estado de conservación era excelente. En estos tramos es posible realizar mediciones precisas de la distancia entre los tampu y otros sitios, registrando los factores medioambientales y culturales localesque pueden haber influido en la ubicación de un sitio. Estos datos amplían nuestra comprensión sobre el patrón de asentamiento de las estructuras a lo largo del sistema vial Inka, y aclaran lo manifestado en las fuentes históricas tempranas sobre las distancias entre ellos.
LA PERSPECTIVA ESCRITA DE LOS SIGLOS XVI y XVII
La regularidad con la que los caminos del imperio estuvieron asociados a los tampu o al­ bergues nocturnos, impresionó a los primeros europeos que viajaron a lo largo de la región andina. Por consiguiente, no existe fuente temprana alguna en la cual no se haga mención de esta no hay ninguna falta de registros escritos tempranos. Eso tiene algún comentario sobre este hecho. Molina (Santiago) (1943 [1553]:21) señaló que estos sitios se colocaron cada cuatro leguas a lo largo del camino. Cieza de León (1967 [1553):131­224) señaló que estuvieron separados por tres o cuatro leguas. Coba, quien menciona haber caminado 300 leguas a lo largo del cal camino principal de la sierra, menciona que la distancia entre cada tampu varió entre cuatro y seis leguas (1964 [1653):128­131), o el intervalo de un día de viaje. La información sobre una jornada de viaje (un día de trabajo o de caminata), como distancia de separación entre los tampu, está presente en otras fuentes tempranas. El cronista Zarate (1879[1555]:471) fue más explícito al indicar que los alojamientos lnka estuvieron separados por un día de caminata (de jornada a jornada). Agregó que lainteresante observa­ ción de que los tampu no fueron ubicados de forma tan cercana en los desiertos costeños, en los cuales podrían haber estado separados por ocho o diez leguas de distancia, e incluso por 15 o 20 leguas. Diversos informes escritos provenientes de distintas regiones del imperio, abordan lacuestión sobre la distancia entre los tampu a lo largo del camino. La Relación de Loxa (1965[¿1582?] :296) -Loja se encuentra en la sierra sur del Ecuador- señaló que los tampu estaban a cuatro o cinco leguas de distancia, a lo largo del camino Inka. Matienzo (1967 [1567]:281) ofrece un itinerario de su viaje, a través de un camino Inka, en el sur de Bolivia yel noroeste de Argentina. Concluye su itinerario precisando la existencia de una serie de tampu a lo largo del camino, los cuales no menciona en su lista, pero que estaban separados por una distancia de tres o cuatro leguas. El propio Matienzo viajó entre cuatro y ocho leguas diarias, de acuerdo a lo que se puede deducir de su lista. Las fuentes históricas tempranas generalmente confirman, que los tampu se ubicaron a una distancia de tres o cinco leguas, con algunas variaciones. Esta distancia fue expresada algunas veces como un día de viaje. La información anterior acerca de la distancia entre los tampu plantea una serie de preguntas específicas. En primer lugar, cabe preguntarse qué tan larga era una legua, ya que no es una unidad de medida que se utilice con frecuencia en la actualidad. Luego, uno podría preguntarse si las distancias mencionadas en leguas, eran equivalentes a un día de camino. Además, ¿que determinaba un día de camino en la época Inka?, y ¿por qué las referencias anteriormente mencionadas varían en los estimados? Este capítulo explora estas preguntas.
LA LEGUA ESPAÑOLA DURANTE LOS SIGLOS XVI Y XVII EN LOS ANDES
Cuando las fuentes escritas tempranas de los Andes se refieren a una legua, los investigadores modernos han realizado rápidos estimados, utilizando la información existente en diccionarios o enciclopedias. Por desgracia, la unidad de medida de la legua ha variado constantemente y existen muchas variaciones, en diferentes partes del mundo y en dife- rentes épocas.Uno de las definiciones más antiguas puede encontrarse en el Diccionario deAutoridades (1963/II [1726-1737]:380), que lo define como la distancia que uno puede normalmente caminar en una hora. Sin embargo, el Diccionario también indica que la legua varía entre naciones, precisando que el español la había estandarizado a 171/2 leguas por grado del círculo alrededor del diámetro máximo dela tierra. Utilizando medidas modernas, esto significa que una legua estaría conformada, aproximadamente, por 6.2 kilómetros, dado que un grado es de alrededor de 110 kilómetros (69 millas). La medida de 6.2 kilómetros es una de las tantas que existen para la legua. También hay leguas terrestres (4225 metros), marítimas (5572 metros), y post leguas (3894 metros). Se dice (Enciclopedia Americana 1975: 110) que Colón utilizó una legua de 3.18 millas náuticas, y que una unidad de 2.63 millas ( 4.2 kilómetros) para la legua terrestre española, fue utilizada en las primeras prospecciones en el suroeste de los Estados Unidos. Por otra parte, eran comunes las leguas jurídica, legales, francesas, inglesas, norteamericanas e incluso húngaras (la más grande de 8335 metros), todas calculadas de modo diferente, en millas, yardas, varas, etc., (el sistema métrico no existía en el siglo XVI).

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